“En el contexto actual parece esencial restablecer una nueva relación entre la humanidad y el agua, un nuevo “sentido de civilización” que nos ayude a reconectar a cada persona con el agua, en todas sus dimensiones, incluidas las dimensiones sociales, culturales, artísticas y espirituales. El principal desafío para la Red Global de Museos del Agua es abordar esta nueva Cultura del Agua”. 

Manifiesto de la Red Global de Museos del Agua

A fines del año pasado, de la mano de Natalia Bas, coordinadora del Área de Educación a distancia, la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH UNL) llevó su Proyecto de Museo del agua al Encuentro Regional de Museos del Agua desarrollado en Montevideo. Una propuesta/idea que se gestó a partir del intercambio entre aquella Área de la Facultad y nuestra Cátedra Unesco, y que influyó directamente en la propuesta, surgida en el Encuentro, de crear una Red Regional de Museos del Agua que incluya a museos e iniciativas museísticas del agua de Latinoamérica y el Caribe como diferentes estaciones de esa red.

En este artículo, destacamos algunos párrafos de la entrevista que mantuvimos con Natalia Bas, en la que nos cuenta las características del proyecto de Museo del Agua de la FICH y sus posibilidades de ampliación ilimitadas, destaca por qué esta iniciativa coopera en la conformación de una Nueva Cultura del Agua, en concordancia con el principal desafío de la Red Global de Museos del Agua, y asegura que para la viabilidad del proyecto es fundamental la memoria colectiva y, en consecuencia, el compromiso del personal de la FICH y de todas aquellas personas que con su testimonio puedan dar sentido al patrimonio hídrico tangible de la Facultad o de la ciudad de Santa Fe.

 El Museo del Agua de la FICH: una lógica distinta a la de los Museos tradicionales

“Nosotros pensamos primero en una idea de museo deslocalizado, conformado por estaciones, atravesado por el uso de tecnologías digitales que permita hacer una puesta en valor del patrimonio hidráulico dentro de la Facultad y de la memoria de los docentes. Entonces, hay una huella ahí que tiene que ver con lo tangible y con lo intangible y con la construcción de la memoria.

Natalia Bas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando hablamos de estaciones nos referimos a espacios físicos construidos o enriquecidos a través del uso de distintos tipos de tecnologías digitales y analógicas, destinados fundamentalmente a gestionar el patrimonio hidráulico de una determinada comunidad. A su vez, un conjunto de estaciones presentes dentro de los límites de un mismo espacio físico, por ejemplo nuestra Facultad, conforman un Nodo.

Actualmente tenemos algunas ideas de estaciones pero esas ideas no están definidas todavía. Creo que lo más interesante de esto tiene que ver con la lógica de la propuestaindependientemente de las estaciones en las que trabajemos después.

Lo que tenemos que hacer es una puesta en valor del patrimonio hídrico que poseemos dentro de la facultad. Estuvimos viendo por ejemplo el sitio las instalaciones del Laboratorio de Hidráulica de la FICH, espacio que simboliza gran parte de la historia de la Facultad, desde su nacimiento hasta la actualidad. Por eso, pensamos en el Laboratorio de Hidráulica como uno de los espacios físicos en donde podríamos instalar una de las estaciones. Así, dentro de la Facultad habría diferentes espacios físicos en donde se contará con una estación. Cada estación va a ser indicada gráficamente. La idea no es que haya una persona al estilo guía de museo que vaya invitando a hacer ese recorrido, sino que los usuarios o visitantes de la propuesta puedan transitar libremente y hacer el recorrido de manera auto gestionada.

Esta lógica de las estaciones, de los espacios físicos, debe convivir a su vez con las actividades normales que  se realizan en esos espacios, lo cual es todo un desafío, porque no se trata de un museo tradicional como espacio destinado para una visita guiada que se cierra a cierto horario. Se trata un museo de puertas abiertas en donde la gente circula y hay que hacer que esos espacios o estaciones convivan con el desarrollo de las actividades normales que se realizan allí. Es un desafío muy interesante porque no solamente voy a ver la estación sino también la vida que ese espacio tiene en su cotidianeidad.

Nosotros pensamos este proyecto primero para su desarrollo al interior de la facultad, del nodo madre, por decirlo de alguna manera, pero con posibilidades de expansión a la ciudad de Santa Fe y, por qué no, a otras ciudades también”.

Un proyecto escalable y vivo

“La primera gran tarea que tenemos es definir cuáles serán las estaciones dentro de la facultad. ¿Es necesario que se definan todas las estaciones en una primera instancia? , no, para nada, porque este es un proyecto escalable, es decir ampliable en el tiempo, en el que podemos inaugurar primero 1 o 2 estaciones, al año siguiente otras dos estaciones más y así. Es importante entender también que se trata de un proyecto vivo, que a esas estaciones no solo hay que inaugurarlas sino que hay que sostenerlas y hacerlas crecer y ponerlas en diálogo con otras estaciones”.

Inaugurar la primera estación para poner el Proyecto en marcha

“Teníamos la idea de inaugurar las estaciones 1 y 2 dentro de la facultad este año en el marco del 50 aniversario de la FICH. Pero debimos suspenderlo por toda esta situación que generó la pandemia. Ya que la preparación de las estaciones requiere de un trabajo de campo que exige estar en la Facultad, ver los espacios, evaluar cómo se los interviene desde lo físico, pensar en propuestas gráficas, analizar sobre qué soporte (pared, piso) se va a poner señalética. Requiere de estar, de ver que actividades cotidianas se desarrollan allí para que la estación pueda convivir con esas actividades diarias. Tenemos que ver cuál de las estaciones estratégicamente conviene inaugurar primero. Hay que hacer una recuperación de la memoria de la comunidad docente. Porque no es solamente el espacio. Tenemos que hablar con los docentes, sensibilizarlos con el proyecto.

Laboratorio de Hidráulica - FICH UNL
Laboratorio de Hidráulica – FICH UNL, espacio donde funcionaría una de las estaciones del Museo del Agua.

 

 

 

 

 

Y una vez que tengamos la primera estación, ver cómo nos seguimos expandiendo dentro de la facultad y hacia la comunidad santafesina. Pero en principio a lo primero que tenemos que apuntar es a inaugurar la primera estación, porque es ahí donde tendremos el Proyecto en marcha”.

La extensión del Museo del Agua más allá de los límites de la Facultad: la idea de una Ruta del agua

“Mientras estaba en el Encuentro Regional de Museos de Agua en Uruguay, en un intercambio sostenido con dos miembros de la Cátedra UNESCO, Mario Schreider y Marta Paris, el proyecto creció. Y ya dejamos de pensar en clave de FICH solamente. Entonces la FICH que iba a ser el único espacio físico en donde iban a estar todas estas estaciones pasó a convertirse en el nodo madre, es decir en el primer nodo en el que estarían las primeras estaciones; pero a su vez podíamos pensar en otras estaciones en otros espacios de la ciudad. Por ejemplo una estación en el puente colgante, otra en la empresa Aguas Santafesinas, que es la empresa que potabiliza el agua. Para ello habremos de solicitar el apoyo de las instituciones públicas y privadas responsables de gestionar los espacios en donde se instalarían esas estaciones.

Puente colgante de la ciudad de Santa Fe

Entonces no se trata de un Museo en el sentido tradicional del término. En lo que nosotros estamos pensando, por decirlo de una manera gráfica es en imprimir a la ciudad (en principio porque luego se puede extender más allá de los límites de la ciudad) una capa museística que hace que determinados espacios que ya están y otros que se pueden construir se integren como posibles estaciones de un recorrido, de una Ruta del agua dentro de la ciudad.

Puente colgante de la ciudad de Santa Fe

“Yo estoy enamorada de este proyecto. Realmente creo que es interesante, bastante disruptivo. Creo también que es posible, que es viable y que es un proyecto del que se pueden apropiar otras ciudades”.

Así planteadas las cosas, puede pasar que de las estaciones de la FICH me vaya al puente colgante o a Aguas Santafesinas, o haga un recorrido por las instituciones educativas que funcionaron como centro de evacuados en la época de la inundación. ¿Cómo va a funcionar esto?, bueno ahí es donde el lenguaje digital y no solo digital sino también el artístico, porque podemos pensar además en intervenciones urbanas como murales, adquiere preponderancia. Podemos disponer, por ejemplo, de un código QR en el puente colgante en donde vos puedas ver algún video en línea o te vincule con una APP que te diga la medición del río en ese momento o te reenvíe a otra estación cercana.

También se puede pensar a futuro en una APP que vos te descargues y te informe sobre las estaciones que tenés cerca. Entonces la APP a medida que te vas desplazando por el espacio físico de la ciudad te va invitando a que recorras algunas de las estaciones que tenés próximas.

De esta manera no es uno el que va al museo, sino que es la ciudad la que lo envuelve a quién la transita ofreciéndole distintos lugares donde hay una puesta en valor del patrimonio hídrico.

Se trata de reconocer en la ciudad los distintos espacios vinculados con el agua. En esta propuesta los Museos tradicionales pasan a ser una estación más dentro de este entramado, de esta Ruta del Agua, entre tantas otras estaciones con otras características”.

La Ruta del agua como vínculo entre el pasado, el presente y el futuro

“La ruta del agua no solo tiene que ver con bienes tangibles vinculados con el agua (por ejemplo una planta potabilizadora o una estación meteorológica) sino también con la memoria del agua, con que a partir de los testimonios de los involucrados se pueda dar sentido a lo material.

Por eso es importante destacar que a una propuesta de esta característica lo que la hace viable es el compromiso del colectivo, en principio de la comunidad de nuestra la Facultad y luego de otros actores de la sociedad. Yo puedo acondicionar y embellecer el espacio donde va a funcionar una estación, o ponerle señalética, pero si no tengo la recuperación de las memorias que visten esos espacios y que les dan valor contándome por qué son valiosos, no tengo nada.

“El proyecto de Museo de l Agua tiene que ver con la recuperación de bienes tangibles e intangibles (su puesta en valor) que tiene como finalidad la construcción de la memoria colectiva y con poder influir en  las conductas para generar una nueva cultura del agua. El proyecto tiene básicamente una función educativa. Es un proyecto muy ambicioso”.

Se trata también de vincular pasado, presente y futuro. Porque no es entender a la memoria como algo enquistado en el pasado que relata lo que sucedió. El pasado no es un tiempo muerto, el pasado se actualiza en el presente. Entonces hay que pensar en qué medida la recuperación de la memoria colectiva puede construir presente, y como eso se puede proyectar hacia el futuro”.

El objetivo del restablecimiento de los vínculos sociales y la comprensión del “otro”

“El proyecto de una Ruta del agua también contribuye a cierto restablecimiento o sanación de los vínculos sociales. Un ejemplo de ello se da cuándo las casas de los pescadores se inundan y mucha gente piensa “pero si saben que se van a inundar por qué siguen viviendo ahí”.  Y los pescadores viven ahí porque tienen ahí su medio de vida, su historia. Entonces, el entendimiento del vínculo de determinados ciudadanos de Santa Fe con el agua, también puede contribuir al entendimiento social. En este caso, dar la posibilidad a que cada uno de nosotros pueda tener contacto con la palabra de los pescadores (que puede compartir o no) nos permite de algún modo tomar contacto con esa voz, con ese colectivo social”.

La influencia de la propuesta de la FICH en la visión adoptada por el Capítulo LAC

La FICH llevó su particular propuesta de Museo del Agua y de la Ruta del Agua al Encuentro Regional de Museos del Agua que se hizo a fines del año pasado en Montevideo. En ese encuentro se puso en marcha el Capítulo Latinoamericano y del Caribe (LAC) de la Red Global de Museos de Agua que tiene como objetivos potenciar el uso de los museos del agua para así mejorar la gestión del agua y promover la seguridad hídrica a través de actividades de comunicación y educación llevadas a cabo por los Museos e iniciativas museísticas.

La iniciativa de la FICH tuvo una notable receptividad durante la actividad, a tal punto de que la lógica de una Ruta del agua fue acogida como idea para pensar en una Ruta del agua de LAC entre los Museos e iniciativas museísticas del agua de diferentes países de la Región.   

“Nosotros fuimos con una propuesta acotada a la FICH y se llegó expandir la idea hacia LAC, que suena como muy ambicioso pero cuando uno analiza la viabilidad se da cuenta de que es viable”, se entusiasma Natalia Bas.

“En el encuentro la idea de una Ruta del Agua gustó mucho a la gente que proviene del ámbito de los museos porque plantea una lógica distinta, una propuesta que unifica, entrama, une y potencia a las diferentes propuestas museísticas. En un primer momento se podía leer nuestra propuesta como contraria a la propuesta de los museos, pero luego se entendió que los museos tradicionales serían estaciones dentro de este recorrido que a su vez los potencia. Los museos así también tejen redes que salen de los museos y que van hacia el resto de la ciudad”, puntualizó.

Vista Aérea de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral (FICH UNL)