El Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI) otorgó a la Universidad Nacional del Litoral, al CONICET y a la empresa CardioCom la titularidad de la patente «Un dispositivo para la determinación del índice de desaturación por hora (IDH)». Esto implica la licencia de uso exclusivo de cualquier producto derivado de esta patente.

Sus inventores son los investigadores Diego Milone y Leandro Di Persia, del Instituto de Investigación en Señales, Sistemas e Inteligencia Computacional (sinc(i)), con sede en la FICH, y Gastón Schlotthauer, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos; el titular de CardioCom Carlos Pais y el médico neumonólogo Luis Larrateguy.

“Para nosotros es un logro muy importante porque significa que la invención ha sido reconocida como un desarrollo original; el primero de su tipo en Argentina y en el mundo. Es un broche que se coloca en el dedo del paciente para medir el oxígeno en sangre. Esa información se descarga en una computadora y es procesada por un algoritmo para obtener el índice de desaturación por hora, esto es, el dato que necesita el médico para determinar la existencia y severidad del trastorno de apneas obstructivas del sueño”, explicó Di Persia.

¿Por qué es clave ese índice? Porque cuando una persona padece apneas, disminuye el número de respiraciones por obstrucción de la vía aérea durante el sueño y esto disminuye el oxígeno en sangre, afectando el normal funcionamiento de su organismo. Se siente agotada, somnolienta y hasta puede presentar enfermedades cardíacas, entre otras.

En este sentido, y considerando que este síndrome afecta entre el 4 y el 20% de la población, aumentando progresivamente con la edad, el diagnóstico se torna fundamental. El problema es que pocas personas lo realizan, debido a la complejidad y al alto costo de los estudios. “Actualmente, estas patologías se detectan en laboratorios del sueño, donde el paciente duerme en condiciones artificiales, conectado a electrodos y cánulas de diferente tipo. En cambio, esta invención radica en la utilización de una sola señal (oxígeno en sangre) con un dispositivo muy sencillo, accesible económicamente y de uso ambulatorio. Permite así ‘popularizar’ el diagnóstico”, puntualizó Milone.

Investigar y patentar en el ámbito público

Cabe destacar que esta invención es producto de un proyecto de investigación que ganó dos premios Sadosky, entre ellos el de oro. “Lo interesante también es que fue un proyecto cofinanciado por la empresa. Es decir, no fue un servicio a terceros ni un proyecto de investigación tradicional; fue un híbrido bastante innovador, en el sentido de que hubo una empresa que quiso involucrase desde el inicio, apostar a una asociación con el sector académico y gubernamental, que cofinanció el proyecto a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica”, concluyó Milone. 

Las patentes son el producto de años de inversión en investigación y desarrollo e implican la protección de los derechos de propiedad intelectual que surgen de ese trabajo. Por este motivo, la UNL, a través de la Secretaría de Vinculación Tecnológica e Innovación, brinda a sus investigadores y docentes apoyo durante todas las etapas del trámite para la protección de los resultados de sus investigaciones; desde el análisis (previo a presentar la solicitud) de la patentabildad del desarrollo –orientado a evaluar si el proyecto responde a los requisitos considerados por la Ley y si no infringe ningún derecho existente–, la redacción de la patente en conjunto con el equipo de investigación, hasta la gestión y seguimiento de su presentación ante el INPI y organismos internacionales de propiedad intelectual.